Nuevo amanecer junto al mar, aun era de noche y mis señuelos ya volaban en pos de la preciada lubina, pero se hacia de rogar, según clareaba el día empezaban las picadas, dos peques de mas o menos la misma medida entraron francas al vinilo una detrás de otra, pero aun les quedaban un par de centímetros para dar la talla, así que fueron devueltas rápidamente al agua, luego vinieron los golondros, también saque un par de ellos, no es lo que iba buscando así que al agua de nuevo y así quedo la cosa, esta vez no hubo mucha suerte y no me llevo ningún buen pez a casa, pero me voy satisfecho y lleno de mar hasta una próxima salida, pero no, no os creais que me amedrento tan fácilmente soy tenaz e insisto, total que voy ha hacer en casa, el sofá puede esperar unas horas mas, ya con el sol en todo lo alto llego otra picada inesperada y sorprendente, sorprendente porque aun no se que es lo que se colgó y mordió el vinilo de esa manera tan rara.
Así quedo el vinilo, si os fijáis por la parte de abajo tiene tres cortes limpios que parecen los dientes de un serrucho, algo rarisimo no fui capaz de ver que "pez" fue el culpable, la picada se produjo al empezar a recoger después de dejar al vinilo posarse en el fondo mixto de piedra y arena, nada mas tensar noto peso, pero es peso muerto, no tira ni cabecea, el freno esta bastante flojo, no saca hilo pero viene hacia mi cuando recojo ofreciendo resistencia, en un principio pensé que eran algas, y como si fuera un manojo de algas de comporto hasta que salio a superficie allá a lo lejos y se suelta, se soltó sin ningún tipo de aspaviento ni nada ya que no venia prendido del anzuelo, la sorpresa vino cuando vi como me había dejado el vinilo.
Bueno esta "picada" quedara grabada para el recuerdo como una anécdota mas. Toda la vida pescando y aun me encuentro cosas que me sorprenden, cuantas alegrías y sorpresas nos regala diariamente la pesca, por suerte para nosotros nunca hay dos días iguales.